TROCANTERITIS

La Trocanteritis es una patología que afecta al Trocánter Mayor. El Trocánter Mayor se encuentra en la cadera, en su parte lateral, es el final del fémur, y en él es donde se insertan el Glúteo Medio, el Glúteo Menor, el Piramidal (o Piriforme) y ambos músculos Obturadores (externo e interno).

Cuando existe una inflamación de esta zona, además de inflamación de la bursa* que lo protege, por un sobreesfuerzo, por ejemplo, estaremos ante un caso de Trocanteritis.

Es más común en mujeres de entre 40 y 60 años.

* La Bursa es una estructura en forma de bolsa que está llena de líquido sinovial. Rodea las articulaciones haciendo de amortiguador, evitando que los tendones rocen con los huesos y se desgasten o se inflamen.

CAUSAS

La principal causa de la Trocanteritis son los traumatismos repetitivos en la zona de la cadera, concretamente en la zona del Trocánter Mayor, pero también es muy común padecerla cuando sometemos a nuestra articulación a un sobreesfuerzo, como por ejemplo correr largas distancias o levantar objetos pesados de manera repetitiva, cuando hay un exceso de peso, ya que aumenta la presión en la articulación de la cadera, o cuando hay dismetría en los miembros inferiores, ya que la distribución del peso entre ambas piernas se hace de manera irregular.

Otros factores que pueden contribuir a la aparición de esta patología son las cirugías de cadera, como, por ejemplo, las prótesis de cadera, ya que alteran la estructura la biomecánica de la articulación, o determinadas enfermedades o disfunciones de la columna vertebral, como pueden ser la artritis reumatoide o la gota.

SÍNTOMAS

Los síntomas de la Trocanteritis pueden variar de una persona a otra, pero el más común es el dolor en la cadera afectada. Este dolor puede suele estar localizado en la parte externa de la cadera y puede irradiar por el lateral del muslo e, incluso, llegar hasta el pie en los casos más afectados. El dolor puede ser agudo, como una aguja que se clava, o sordo, sintiendo una molestia en la cadera, constante, muy incómodo. El dolor suele aumentar al caminar, estar de pie durante largos periodos de tiempo y, sobre todo, al subir y bajar escaleras. Además, dormir sobre el lado afectado puede ser muy doloroso e, incluso, imposible.

En algunos casos también podremos encontrarnos con una limitación funcional, donde la movilidad y la funcionalidad de la articulación de la cadera estén limitadas, llegando incluso hasta dificultar la realización de las actividades de la vida diaria.

Por otro lado, también es común que los pacientes que sufren esta patología nos digan que notan cierta hipersensibilidad en la zona lateral de la cadera, donde se encuentra el Trocánter Mayor, tanto al tacto como, incluso, al roce.

Los síntomas pueden variar en intensidad y duración e incluso empeorar con la actividad física o el movimiento de la cadera.

TRATAMIENTO

Como en otras patologías que implican tendones, el tratamiento de la Trocanteritis podrá ser Conservador o Quirúrgico, dependiendo del grado de afectación y la evolución del tratamiento.

En el caso del tratamiento conservador, podremos recomendar reposo y la aplicación de termoterapia (frío, calor o contrastes, dependiendo del caso concreto), la ingesta de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y, por supuesto, tratamiento Fisioterápico.

En cuanto al tratamiento Fisioterápico, se basará en el alivio del dolor y la recuperación de la movilidad. Lo haremos a través del tratamiento manual (tanto de descarga de la zona afectada como de liberación miofascial) para reducir la tensión muscular y favorecer la circulación sanguínea de la zona. Los estiramientos suaves y las movilizaciones articulares también nos ayudarán a mejorar la flexibilidad y la movilidad de la cadera, lo que reducirá la tensión en el Trocánter Mayor.

El ejercicio terapéutico para fortalecer toda la musculatura que rodea la cadera y le da estabilidad nos ayudará a reducir la carga en el Trocánter Mayor, minimizando así la posibilidad de una recaída en la patología. y la aplicación de electroterapia para combatir la inflamación (como, por ejemplo, el Ultrasonido).

Además, la reeducación postural también será importante en caso de que haya sido el origen de la patología, fortaleciendo la musculatura que ha provocado la mala postura o corrigiendo compensaciones que puedan aparecer, evitando así la sobrecarga de la cadera.

Antes de comenzar el tratamiento fisioterápico, es importante que hagamos una valoración del paciente, intentando descubrir cual ha sido la causa de la inflamación en cada paciente y así conseguir atajar el problema de raíz y evitar que vuelva a suceder.

En caso de que todos los tratamientos anteriores no funcionen, el siguiente paso podría ser la infiltración de Corticosteroides, directamente en la articulación, para maximizar el poder antiinflamatorio, y en casos extremos, la cirugía para eliminar la inflamación y limpiar toda la zona afectada.

Deja una respuesta