TENDINITIS ROTULIANA

Hoy os quiero hablar de la Tendinitis Rotuliana, una patología muy común en deportistas cuya práctica deportiva incluye saltos frecuentemente.

Pero antes, como siempre, vamos a repasar un poco la Anatomía de la Rodilla, así podremos saber dónde está el Tendón Rotuliano, su morfología y sus funciones.

REPASO ANATÓMICO

El Tendón Rotuliano es el que une el Cuádriceps con la Tibia. Lo encontraremos justo después del Tendón del Cuádriceps. Se unirá a la Rótula por la parte superior y a la Tibia por su parte inferior, en la zona de la Tuberosidad Anterior (esta estructura la vimos cuando hablamos en nuestro Blog de la enfermedad de Osgood Schlatter, os dejo aquí el enlace por si queréis echarle un vistazo para recordarlo).

Este Tendón es el encargado de permitir la Flexión (por su elasticidad) y la Extensión de la Rodilla (como respuesta a la contracción del Cuádriceps). Entre sus funciones, la más importante es mantener nuestra Rodilla extendida frente a la gravedad, ya sea mientras caminamos, corremos, saltamos, o, simplemente, nos mantenemos de pie.

En cuanto a su estructura, destaca su tamaño, puesto que tiene unos 6mm de grosor, con 30mm de ancho y 43mm de largo (aproximadamente). Está formado, principalmente, por fibras de colágeno, lo cual le aporta una gran resistencia, a la par que lo hace flexible.

Por otro lado, si hablamos de sus lesiones más comunes, destaca, sobre todo, la Tendinitis Rotuliana, de la que hablaremos a continuación, siendo menos frecuentes el resto de lesiones, como las roturas tendinosas, por ejemplo, que, a pesar de ser menos comunes, son muy muy incapacitantes y dolorosas.

¿QUÉ ES LA TENDINITIS ROTULIANA?

La Tendinitis Rotuliana es una lesión que afecta al Tendón Rotuliano. Se trata de una degeneración de las fibras de Colágeno del Tendón Rotuliano. Su cronificación, por desgracia, es bastante frecuente.

La gravedad de esta lesión puede variar, dependiendo de la actividad deportiva que se practique, del tiempo de evolución y del mecanismo lesional, pero generalmente se trata de una patología muy incómoda.

Tendinitis Rotuliana

FACTORES DE RIESGO

Como hemos dicho al principio de este artículo, la Tendinitis Rotuliana es muy común en los atletas cuyos deportes implican saltos frecuentes, aunque no es la única causa de padecer Tendinitis Rotuliana. Dentro de este tipo de deportes, podemos encontrar el Baloncesto o el vóley, por ejemplo.

Como en todas las Tendinitis, un factor de riesgo muy importante (el principal en las Tendinitis), es la repetición de movimientos que irritan o dañan los tejidos implicados. Es por esto que los saltos o los cambios de dirección constantes y bruscos pueden acabar provocando daños en el Tendón Rotuliano, como puede llegar a ser, incluso, un desgarro en sus fibras.

Por otro lado, los Desequilibrios musculares entre ambas piernas o, incluso, entre la musculatura delantera y trasera de la pierna, también son factores que harán que nuestro Tendón Rotuliano sufra, así como la mala adaptación muscular y tendinosa ante una práctica nueva, como puede ser un inicio deportivo muy rápido, sin que nuestra musculatura esté preparada para soportar la carga a la que la vamos a someter, o cambios bruscos en la velocidad y/o intensidad del entrenamiento deportivo, así como malas posturas técnicas, por ejemplo. Aquí también influirá la rigidez muscular, tanto en el cuádriceps como en los isquiotibiales.

En este sentido, los cambios en la intensidad del entrenamiento deportivo, así como la incorporación al entrenamiento de manera intensiva y no gradual (sea en un inicio o después de una lesión), también nos hará más susceptibles a sufrir una Tendinitis Rotuliana, así como el cambio de la pisada por cambio de zapatillas que haga que las fuerzas de carga en el tendón se distribuyan de una manera diferente en el tendón con respecto a las zapatillas anteriores. La superficie de entrenamiento también influirá en la posibilidad de desarrollar Tendinitis Rotuliana, así, correr en cemento o terrenos irregulares, aumentará el estrés al que sometemos al Tendón Rotuliano, aumentando el riesgo de lesión.

Por último, también podemos observar un mayor riesgo de padecer Tendinitis Rotuliana en aquellos pacientes que tengan enfermedades metabólicas, como puede ser la Diabetes, por ejemplo. Y la Obesidad, el exceso de peso corporal, hará que nuestra articulación sufra una mayor carga, aumentando el riesgo de padecer Tendinitis Rotuliana.

SÍNTOMAS

Dentro de los Síntomas más comunes de la Tendinitis Rotuliana, el que destaca es el dolor en la parte anterior de la Rodilla, entre la Rótula y la Tuberosidad Tibial, estando, incluso, en reposo. Este dolor será punzante y muy fácil de localizar, y aumentará al flexionar la rodilla y hacer esfuerzos. No obstante, este dolor es evolutivo, es decir, al principio de la patología, suele aparecer durante el inicio de la actividad física, pero, según avanzamos en el tiempo, llega a aparecer en reposo o durante nuestras actividades diarias.

Además, encontraremos inflamación del Tendón, así como inflamación en toda la articulación de la rodilla, que no estará necesariamente en la zona del Tendón, sino que puede desplazarse hasta la zona superior de la Rótula

Muy probablemente, encontremos también un desequilibrio muscular en las piernas (¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? En este caso… ¿Qué fue primero, la Tendinitis Rotuliana o el desequilibrio muscular?)

TRATAMIENTO

El tratamiento Fisioterápico de la Tendinitis Rotuliana es de gran importancia, puesto que, como hemos visto anteriormente, es una patología que tiende a cronificarse, y su evolución es lenta. El reposo relativo será un gran aliado en el momento agudo de la patología, que posteriormente combinaremos con una adaptación del Tendón a la carga hasta llegar a nuestro nivel deportivo máximo.

Dependiendo de su gravedad y de las necesidades individuales de cada paciente, el tratamiento de la Tendinitis Rotuliana puede incluir desde Fisioterapia hasta, incluso, la cirugía.

En cuanto al Tratamiento Fisioterápico, se basará en fortalecer la musculatura estabilizadora de la rodilla, tanto la anterior como la posterior, eliminar el dolor a través de la terapia manual (con técnicas propias de tendón e, incluso, masoterapia de la musculatura implicada en la rodilla), bajar la inflamación del Tendón, mejorar la circulación y prevenir problemas secundarios que puedan aparecer por las compensaciones que podamos realizar al caminar con el dolor, tanto en la pierna afectada, como en la sana.

Por otro lado, podremos apoyar nuestro tratamiento de la Tendinitis Rotuliana con Electroterapia, por ejemplo, con la aplicación de Ultrasonidos para bajar la inflamación, así como la Crioterapia. Esto nos ayudará a reducir la inflamación y favorecer la curación del tendón.

En los casos más graves o en aquellos en los que no conseguimos una evolución positiva, se podrá recurrir a las infiltraciones de Corticoides para bajar la inflamación crónica del tendón, aunque siempre intentaremos evitar llegar a este punto por los efectos secundarios de los Corticoides en nuestro cuerpo, pero esto lo explicaremos en otro de los artículos de nuestro Blog, porque es un tema tan interesante como largo de contar.

PREVENCIÓN

Como en toda patología tendinosa, para prevenirla, debemos aliviar la carga excesiva en el Tendón, y esto lo conseguiremos con un calentamiento adecuado previo a la realización de la actividad física, el calzado adecuado para la práctica deportiva que amortigüe el impacto del pie en el suelo sobre la pierna y nos dé estabilidad, intentando que la práctica deportiva sea en superficies suaves y regulares, evitando movimientos repetitivos y, sobre todo y lo más importante, manteniendo un equilibrio muscular adecuado (tanto de fuerza como de flexibilidad) entre los músculos de la pierna y con respecto a los músculos de la otra pierna.

Por otro lado, el incremento gradual de la carga a la que sometemos al tendón, será otro de los puntos importantísimos para prevenir la aparición de la Tendinitis Rotuliana. Esto lo conseguiremos incrementando gradualmente las cargas y la duración total del entrenamiento, para que nuestro cuerpo se adapte gradualmente.

Por último, pero no menos importante, como en todas las patologías que podemos sufrir en el cuerpo, es de vital importancia ESCUCHAR A NUESTRO CUERPO, prestar atención a las señales que nos envía, al dolor o molestia que podemos sentir… No debemos forzar el cuerpo más allá de sus límites.

El Miércoles pondremos un vídeo en nuestro Instagram con unos ejercicios que nos pueden ayudar mucho en caso de sufrir Tendinitis Rotuliana. Os dejo aquí el enlace para que podáis acceder.

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