Hoy os voy a hablar de una lesión que los deportistas, sobre todo los futbolistas, conocen muy bien, y no es otra que la Pubalgia.

¿QUÉ ES LA PUBALGIA?
La Pubalgia es una lesión muy común que afecta a la musculatura de la zona inguinal y se manifiesta con dolor en la zona del pubis. En el caso de los deportistas, se puede producir por un problema en la zona Abdominal o por un problema en los Aductores.

5 FACTORES QUE PUEDEN PROVOCAR PUBALGIA
1) Sobrecarga Muscular: Un uso excesivo de la musculatura de la zona inguinal y/o de la zona abdominal, como son los abdominales y los aductores, puede provocar sobrecarga muscular, y esto, la aparición de la Pubalgia. Esta situación es muy típica en deportes que implican movimientos repetitivos, como puede ser el Fútbol, el Hockey o el Atletismo, por ejemplo.
2) Movimientos Bruscos: Los cambios de dirección repentinos, los giros rápidos e intensos… Pueden ejercer una tensión y una presión excesiva en el tejido muscular y en el tejido tendinoso de la zona inguinal, lo cual puede acabar provocando esta patología. En este caso, el Fútbol también estará en el punto de mira, así como el Baloncesto o el Tenis, por ejemplo.
3) Debilidad Muscular: La falta de fuerza en los músculos de la zona inguinal y de la zona abdominal provoca inestabilidad, lo que aumenta exponencialmente el riesgo de padecer Pubalgia. Esto puede darse por una falta de entrenamiento generalizado o por un entrenamiento inadecuado en el que se potencien algunas cadenas musculares más que otras, provocando un desequilibrio muscular.
4) Lesiones Previas: Desgarros Musculares, Hernias Inguinales… Lesiones previas que afecten tanto a la zona abdominal como a la zona inguinal, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una Pubalgia, ya que debilitan los tejidos y los hacen más propensos a las recaídas o a las nuevas lesiones.
5) Factores Anatómicos: La forma de la Pelvis (una pelvis más estrecha o una mayor inclinación pélvica hacen que seamos más propensos a sobrecargar la zona inguinal, por ejemplo) o la posición concreta de los músculos y/o tendones pueden aumentar el riesgo de padecer esta patología.

SÍNTOMAS
Los síntomas principales son el dolor y la sensibilidad a la palpación, sobre todo en la zona inguinal, en la parte baja del abdomen (en la zona del Pubis), o irradiarse hacia la zona abdominal o la zona superior del muslo. Este dolor puede empezar siendo una ligera molestia o un dolor sordo al realizar el gesto deportivo o al hacer movimientos específicos, como levantar la pierna o realizar movimientos de rotación de cadera. También puede reproducirse al subir escaleras, sentarse o, simplemente, caminar. Si no se trata en un inicio, irá aumentando con el tiempo, llegando, incluso, a dificultar la marcha y, por supuesto, la reproducción del gesto deportivo que ha causado la Pubalgia.
Para completar el diagnóstico, nos podemos apoyar en pruebas de imagen, como una ecografía inguinal. En el caso de que sospechemos de otra patología subyacente, podemos recomendar al paciente una Resonancia Magnética, para ver con detalle todas las estructuras y descartar otro tipo de lesión.

TRATAMIENTO
Como siempre os digo, el tratamiento depende de la gravedad de la lesión y de las necesidades individuales de cada paciente. Cada persona es un mundo diferente, y cada lesión, a pesar de haberla padecido con anterioridad, es única.
En este caso, si se trata de un caso leve, se recomendará reposo y farmacología (analgésicos y antiinflamatorios) para aliviar los síntomas.
La Fisioterapia será muy importante a la hora de tratar esta patología. A través de terapia manual y ejercicios guiados y adaptados a cada paciente (recordad que, como ya hemos hablado en otras ocasiones, el tratamiento manual combinado con el ejercicio, es la mejor combinación para conseguir la recuperación completa), cuyo objetivo será potenciar la musculatura, sobre todo la musculatura abdominal y los aductores, para darle estabilidad y mantener un equilibrio muscular adecuado, evitando la sobrecarga y el dolor derivado de la inflamación tendinosa.
En este sentido, el trabajo de la musculatura del CORE, la musculatura estabilizadora del tronco, será muy importante, puesto que dará estabilidad a la zona abdominal y minimizará la presión en la zona púbica. Además, debemos mejorar la flexibilidad de toda la musculatura implicada, evitando tensiones innecesarias y desequilibrios musculares.
Por otro lado, la Electroterapia también puede ser una buena aliada, pero siempre como complemento, como apoyo al tratamiento principal. Nos pueden ayudar a mitigar el dolor y la inflamación y a acelerar el proceso de curación de la Pubalgia.
Además, no podemos olvidar que un buen calentamiento muscular antes de la práctica deportiva y evitar cambios bruscos en la intensidad o duración del entrenamiento, serán estrategias que nos ayudarán a prevenir esta patología.
En los casos más graves, se podrá llegar, incluso, a necesitar la cirugía. Esto se dará en aquellos casos que no respondan al tratamiento conservador. Se utilizará la cirugía para liberar la presión excesiva ejercida sobre la zona púbica por la musculatura abdominal e inguinal.

Para terminar, os dejo aquí un estudio comparando el tratamiento conservador con el tratamiento quirúrgico de la Pubalgia
