Hoy vamos a hablar sobre las Hernias Discales. Pero antes, vamos a conocer un poquito las estructuras sobre las que estamos hablando.

La Columna Vertebral está formada por Vértebras, y para que no rocen entre sí y se desgasten, entre ellas hay una estructura blandita que se llama Disco Intervertebral que actúa como amortiguador. El Disco Intervertebral tiene una capa externa que se llama Anillo Fibroso, que es una capa cartilaginosa que le da estabilidad, y por dentro tiene el Núcleo Pulposo.
Bien, pues una Hernia Discal se da cuando el Núcleo Pulposo se desplaza y presiona las raíces nerviosas que salen de la Médula Espinal, o la propia Médula Espinal. Esto puede ocurrir por dos motivos, o bien que el Anillo Fibroso sea muy débil o bien que esté roto.

Aunque pueden existir Hernias Discales en cualquier nivel de la Columna Vertebral, las más comunes se dan en la zona lumbar, seguidas por la zona cervical y, lo menos frecuente es que aparezcan en la columna dorsal.
El Diagnóstico de las Hernias Discales se hace mediante la evaluación de los síntomas del paciente, acompañado de un examen físico, pero en estos casos, el diagnóstico por imagen será muy importante (tanto Radiografía como Resonancia Magnética o TAC), para comprobar el estado de los discos intervertebrales y el grado de afectación de los nervios.
SÍNTOMAS
Es importante saber que no todas las hernias discales cursan con sintomatología. De hecho, hay personas que tienen hernias lumbares totalmente asintomáticas, ni dolor ni molestia. En estos casos, las raíces nerviosas no estarán comprimidas por la hernia discal.
Cuando se produce una Hernia Discal con compresión nerviosa, los síntomas serán muy variados, dependiendo de la ubicación y el grado de afectación, pero los más comunes son los siguientes:
1) Dolor, tanto local como en todo el recorrido del nervio comprimido. Este dolor puede ser sordo o agudo/punzante, y puede empeorar dependiendo de la postura o incluso al toser o estornudar. En el caso de las hernias lumbares, el nervio comprometido puede ser el ciático, en cuyo caso podremos notar dolor desde la zona lumbar hasta el pie.
2) Debilidad Muscular en aquellos músculos que reciben impulsos nerviosos del nervio comprimido o de una de sus derivaciones.
3) Sensación de Hormigueo o entumecimiento en todas las zonas inervadas por el nervio afectado o sus ramificaciones. Esta sensación puede ser constante o intermitente, existiendo algún evento concreto que haga que aparezca o que aumente en intensidad.
4) En el caso de las hernias lumbares, otro de los síntomas a tener en cuenta será la dificultad a la hora de orinar o defecar, ya que los nervios que controlan la vejiga o el intestino pueden estar comprometidos.
CAUSAS
Las Hernias Discales pueden aparecer por diferentes motivos, incluso en algunas ocasiones no podremos llegar a determinar el motivo concreto por el que se ha producido la hernia, pero los motivos más comunes por los que suele aparecer esta patología son el envejecimiento (el disco se degenera y pierde su elasticidad y su flexibilidad), la degeneración del disco (por motivos diferentes al envejecimiento), las lesiones traumáticas, los movimientos repetitivos de la columna vertebral en los que pinzamos el disco (como los levantamientos de peso de manera incorrecta o los movimientos bruscos de manera repetitiva) y/o las malas posturas.
Pero no podemos olvidarnos de otras, que puede parecer que no están relacionadas con esta patología, pero son súper importantes, como el sobrepeso (se produce una presión extra sobre los discos), el sedentarismo (la falta de fuerza y estabilidad en la musculatura de la espalda), el tabaquismo y la predisposición genética (tanto por la estructura como por la composición genética de los discos intervertebrales).
TRATAMIENTO DE LAS HERNIAS DISCALES
El tratamiento de las Hernias Discales depende de la gravedad de los síntomas y de la respuesta de cada paciente al tratamiento.
El tratamiento conservador será siempre la primera opción, recomendando al paciente reposo (el grado de reposo dependerá de la afectación y los síntomas del paciente), limitar las actividades que empeoren los síntomas y cambios en sus hábitos de vida, como puede ser la práctica de ejercicio, la pérdida de peso o la reeducación postural. La aplicación de termoterapia (tanto frío como calor), nos puede ayudar a reducir la inflamación y calmar el dolor. También estará recomendada la ingesta de fármacos que ayuden a aliviar los síntomas como el dolor, como pueden ser AINEs o incluso relajantes musculares.
En cuanto al papel de la Fisioterapia en las hernias discales, será FUNDAMENTAL, ya que nos ayudará a fortalecer toda la musculatura de la espalda, dándole estabilidad, a mejorar la postura y a dar flexibilidad a nuestros músculos para reducir la presión sobre la columna. Esto puede llegar a evitar que nuestro paciente precise una intervención quirúrgica.
El tratamiento fisioterápico se basará en el ejercicio físico personalizado, adaptado a cada paciente, a través de un programa de ejercicios que ayuden a fortalecer y flexibilizar nuestra columna a través de movimientos guiados, ejercicios de tonificación y ejercicios de estabilidad muscular. También será importante la aplicación de técnicas, como puede ser la masoterapia, la tracción, o incluso la electroterapia, consiguiendo, gracias a ellas, reducir la inflamación y aliviar el dolor de nuestros pacientes. Además, gracias a la terapia manual, podremos recuperar todo el rango de movimiento de la columna.
A fin de cuentas, el objetivo del tratamiento fisioterápico en las hernias discales será aliviar los síntomas, mejorar la funcionalidad y prevenir la recurrencia de las mismas.
En los casos en los que los síntomas afecten en gran medida a la vida cotidiana de los pacientes o no mejoren con el tratamiento conservador, el tratamiento será quirúrgico. La cirugía en estos casos puede incluir la eliminación del material que está pinzando el nervio (tanto una porción del disco intervertebral como el disco entero, dependiendo del caso concreto) o la estabilización de la columna vertebral fijando las vértebras afectadas para dar estabilidad a la columna. La técnica quirúrgica dependerá de la ubicación de la hernia y de su gravedad.
