FASCITIS PLANTAR

Ya ha llegado el calor, las altas temperaturas… Y con ello, el cambio de armario y de calzado. En verano pasamos de llevar zapato cerrado a llevar chanclas o sandalias, dejando el pie más libre y con menos estabilidad para el arco plantar. Además, el calzado de verano suele tener una suela más fina, por lo que no amortigua tanto la pisada como el zapato cerrado. Todo esto hace que, sobre todo durante esta época del año, estemos expuestos a padecer una patología muy molesta llamada Fascitis Plantar.

La Fascitis Plantar es una inflamación la Fascia de la planta del pie. La Fascia es un tejido que envuelve todos los músculos del cuerpo. Es una capa muy finita que en determinados puntos se acumula formando una capa más gorda. Este es el caso, por ejemplo, de la planta del pie, donde la Fascia mantiene unido el Calcáneo (hueso del talón) con el Metatarso (huesos de los dedos de los pies).

Se trata, como hemos dicho antes, de una patología muy incómoda y dolorosa que puede limitar la movilidad y la funcionalidad del pie. El dolor suele aparecer en la zona del arco plantar o en la zona del talón.

Fascitis Plantar

CAUSAS

Al llegar el verano y cambiar el calzado, hacemos que los dedos del pie hagan más esfuerzo de flexión para que no se nos salga el pie de la chancla y nos tropecemos. Esto hace que haya más tensión en la planta del pie y pueda llegar a inflamarse la Fascia Plantar.

Uno de los motivos que puede dar lugar a la Fascitis Plantar es el Mecanismo de Windlass, que es la tensión que se produce en la fascia plantar al hacer una flexión dorsal del dedo gordo (se levanta el puente del pie).

Algunas actividades pueden someter a nuestra Fascia a más tensión, aumentando el riesgo de sufrir esta patología. Estas actividades incluyen correr, saltar o estar de pie durante largos periodos de tiempo, por ejemplo.

Por otro lado, otros factores secundarios también pueden influir en la posibilidad de sufrir esta lesión. Estos pueden ser, por ejemplo, la obesidad, la edad o el tipo de pie que tenga nuestro paciente.

SÍNTOMAS

Los síntomas de la Fascitis Plantar pueden variar desde un dolor leve pero continuo en la planta del pie hasta un dolor agudo e intenso que puede limitar la movilidad y la actividad poniendo en compromiso la posibilidad de realizar nuestras actividades de la vida diaria. El dolor suele ser más intenso por la mañana o después de periodos de descanso, cuando nos levantamos y damos los primeros pasos.

Como hemos dicho antes, el dolor suele estar localizado en la zona del arco plantar o en la zona del talón, pero según va evolucionando la patología, el dolor puede llegar a afectar a toda la planta del pie.

En algunos casos también podemos encontrar cierta inflamación y cierto enrojecimiento de la planta del pie.

DIAGNÓSTICO

El Diagnóstico de la Fascitis Plantar se basará en la sintomatología del paciente y en su historial médico, pero también podemos hacer algunos test para concretar su diagnóstico:

Test de Jack

Con el pie en carga, elevaremos el primer dedo del pie. Si no se produce el Mecanismo de Windlass, será positivo.

Test de Lunge

Se trata de colocar al paciente frente a la pared y, sin levantar el talón, tocar la pared con la rodilla flexionando el tobillo. Si hay una diferencia clara entre la distancia que separa el dedo gordo del pie sano de la pared y la distancia que separa el pie afectado de la pared, o si aparece dolor al realizar el movimiento, el test será positivo.

Por otro lado, las pruebas de imagen también nos pueden ayudar a realizar un diagnóstico correcto de esta patología. En este sentido, sobre todo la Ecografía y la Resonancia Magnética nos pueden ser de gran ayuda para descartar otras patologías asociadas.

TRATAMIENTO

En casos leves de Fascitis Plantar puede ser suficiente con la aplicación de hielo y el reposo relativo. En casos más graves, será necesario el tratamiento fisioterápico encaminado a estirar, descargar y fortalecer la musculatura e, incluso, la ingesta de antiinflamatorios para contribuir a reducir la inflamación que provoca el dolor.

Por otro lado, también puede que sea necesario el uso de una plantilla que rectifique nuestra pisada, dando más estabilidad al pie y eliminando la tensión excesiva que provocará la inflamación del tejido.

Aun así, el tratamiento de la Fascitis Plantar es complicado, puesto que, si ya de por sí cada persona y cada patología son un mundo, en este caso puede que tengamos que probar distintos tratamientos hasta dar con el que realmente consiga solucionar el problema de nuestro paciente.

En determinadas ocasiones, también deberemos trabajar con nuestro paciente determinados cambios posturales, la biomecánica de la pisada o la biomecánica a la hora de realizar su actividad deportiva para evitar que la patología vuelva a manifestarse.

En los casos más extremos, también puede llegar a ser necesaria la cirugía, pero esto es lo menos común en esta patología.

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