A menudo es complicado entender la diferencia entre el Dolor y la Fatiga Muscular, pero en realidad son cosas diferentes, aunque ambas sensaciones son muy comunes en nuestra vida cotidiana y tienen un efecto negativo sobre nuestro bienestar corporal y psicológico.
Entender la diferencia entre ambos nos puede ayudar a identificarlos de manera que podamos abordar los síntomas y mejorar así nuestra calidad de vida.
DOLOR MUSCULAR
El dolor muscular es una experiencia sensorial desagradable que puede estar causada por muchos factores, desde el ejercicio físico intenso, el estrés o la tensión hasta una lesión muscular como puede ser una rotura de fibras o incluso una sobrecarga muscular.
Es un sistema de alarma de nuestro cuerpo para avisarnos de que algo no va bien. Puede variar en intensidad y ubicación y puede ser agudo o crónico. El dolor agudo es de corta duración y suele estar causado por una lesión, por otro lado, el crónico persiste en el tiempo (semanas, meses o incluso años).
En cuanto a la clasificación del dolor, podemos encontrar dolor nociceptivo, que se produce cuando los receptores nociceptivos (las terminaciones nerviosas libres, encargadas de avisarnos del dolor) se activan como consecuencia a un daño (por ejemplo un corte), y el dolor neuropático, que es el resultado de un mal funcionamiento del sistema nervioso.
Los síntomas más comunes del dolor muscular incluyen rigidez, debilidad o hipersensibilidad en los músculos afectados.
En el dolor juegan un papel muy importante los factores emocionales como el estrés o la ansiedad, que pueden hacer que la percepción del mismo que tenemos se vea aumentada.

FATIGA MUSCULAR
Por el contrario, la Fatiga Muscular es una sensación de cansancio y/o debilidad física y mental causada, por ejemplo, por la realización de ejercicio intenso, por un entrenamiento prolongado, por la falta de descanso o por la falta de sueño. La Fatiga Muscular puede durar desde unos minutos hasta varios días.
Cuando tenemos Fatiga Muscular, la sensación que tenemos es de falta de energía o debilidad y, por tanto, dificultad para el movimiento y una disminución de nuestro rendimiento. Esto puede llegar, incluso, a limitarnos a la hora de realizar nuestras actividades del día a día. En otros casos, la fatiga que experimentamos es mental, y cursa con dificultad para concentrarse, para recordar cosas y para tener pensamientos claros y concretos.
A diferencia del dolor, la fatiga puede no tener una causa específica, sino ser el resultado de la combinación de muchos factores, como pueden ser la falta de sueño, el estrés crónico, una mala alimentación o determinadas enfermedades (como la anemia o la depresión).
La Fatiga Crónica es un fenómeno de fatiga persistente que podemos arrastrar durante más de 6 meses, siendo especialmente debilitante y afectando de manera muy seria la calidad de vida de quien la padece.

CONCLUSIÓN
El Dolor es una sensación de dolor e incomodidad en los músculos. Sin embargo, la Fatiga Muscular es una sensación de cansancio y debilidad de los músculos.
La principal diferencia entre ambos radica en su naturaleza. El Dolor Muscular normalmente es síntoma de una patología o lesión, una respuesta sensorial directa a una lesión o enfermedad concreta, como puede ser una rotura de fibras, por ejemplo, mientras que la Fatiga muscular es el resultado de un sobreesfuerzo muscular provocado, por ejemplo, por un entrenamiento prolongado o un ejercicio físico muy intenso, pero puede no tener una causa específica.
El dolor es un sistema de alarma de nuestro sistema nervioso que nos indica que algo en nuestro cuerpo no está funcionando correctamente. La fatiga es un síntoma de nuestro cuerpo que puede tener diversas causas subyacentes.
Por otro lado, el Dolor suele localizarse en un punto concreto del músculo, mientras que la Fatiga suele afectar a todo el cuerpo o a grandes grupos musculares.
Sin embargo, el dolor crónico y la fatiga suelen estar relacionados, ya que las personas que padecen dolor crónico, a largo plazo, suelen sentir fatiga como consecuencia de la sensación constante que este provoca, afectando incluso a la calidad de sueño.
